En esta pasada semana de misión hemos visto mas de 14 personas que se entregaron al Señor, principalmente en sus hogares. Una mujer y su madre dieron sus vidas a Cristo en una visita que tuvimos en su casa. Cuando entramos no nos recibieron muy calidamente pero estábamos determinados en mostrarles el amor de Dios. La situación era esta: su marido le había dejado a ella y a su hijo de 5 años. Conforme les ministrábamos el evangelio sentimos que las dos mujeres empezaban abrir sus corazones, hasta que por ultimo con gran gozo confesaron a Cristo como el Señor y el Salvador de sus vidas. Entonces empezamos a orar por sus necesidades y la reconciliación en ese hogar destruido. Sentí en mi espíritu el decir esto: “Dios va a traerte a tu marido de vuelta esta semana y su corazón se ha humillado”. Dos días después en un grupo de hogar que tenemos en un cuartel del ejercito me presentaron a un hombre llamado Jaime. Casi no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Allí estaba él, era el hombre que había abandonado su hogar, y ahora me lo estaba explicando con temblor pero con sinceridad. Así me dijo: “quiero cambiar mi vida”. A esto yo conteste: “con Dios es posible!” y él nació de nuevo esa noche. El domingo vino al culto, con una nueva luz en su rostro, también venian con él su mujer y su hijo. La familia había sido reconciliada y nosotros presenciamos el maravilloso momento cuando Jaime y su mujer se abrazaron durante un largo tiempo, llorando y gozándose delante del Señor.
El sábado al mediodía tome a varios jóvenes a evangelizar en el parque. 5 estudiantes llegaron a los pies de Cristo pese a que de antemano habían confesado ser ateos y humanistas. Dios sanó a una de esas jóvenes de un grave dolor de riñones que hacia que ella no pudiese sentarse derecha en el banco. En el nombre de Jesús el dolor desapareció! La joven que estaba mas reacia a recibir al Señor al principio, lloraba de gozo conforme daba su vida a Cristo.
Yo le doy gracias a Dios por Su amor extravagante que está derramando sobre nosotros. Te lo agradecemos Jesús, nuestro Ganador de Almas!
La semana pasada empezamos a revistar todos los hogares donde la gente había dado sus vidas a Cristo en nuestras primeras visitas. El propósito de esta segunda visita era el afirmar su fe y abrir el camino para los pastores y maestros los cuales ayuden a convertir a los nuevos creyentes en discípulos de Cristo.
Por favor únanse con nosotros en oración sobre los siguientes puntos:
- Favor esta semana para entrar en todos los hogares que visitamos en las primeras dos semanas.
- Mas colaboradores para segar y reunir la cosecha.
- Apoyo económico para nosotros y los nuevos trabajadores.
Que Dios os bendiga y permita experimentar también el gozo que tenemos conforme nos encontramos con Su gloria en las personas que estamos ministrando. Oramos esto en el nombre de Jesús! Amen.
Sam y Mario